La semana pasada, David, Manel y Aina, nos desplazamos a Thionck Essyl para realizar un curso de formación con los trabajadores locales y voluntarios de foundawtion que, desde septiembre, están en Thionck Essyl trabajando en la construcción del proyecto del CEM.

Uno de los objetivos principales de este proyecto es hacer del proceso constructivo, un medio de formación en sí mismo, utilizando los materiales locales y adaptando las técnicas tradicionales para mejorar los sistemas constructivos.

Por este motivo, y aprovechando el inicio de la construcción de la primera bóveda de bloque de tierra comprimida (BTC) que conforman cada una de las aulas del futuro CEM, invitamos a la gente de la región a participar en esta semana de formación, construyendo entre todos la primera parte de la bóveda.

Durante los tres primeros días, nos dedicamos a replantear la bóveda sobre la cimentación y a acabar los últimos detalles de la cimbra (estructura auxiliar que sostiene el peso de la bóveda mientras se construye). Fueron muy importantes e interesantes ver los diferentes puntos de vista en los sistemas que planteábamos para encontrar la mejor solución a los problemas.

La colocación de la cimbra a nivel, y con un sistema que nos permitiese regular su altura y desplazarla fácilmente es una parte clave en la construcción de una bóveda y por esto fueron muy importantes e interesantes ver los diferentes puntos de vista en los sistemas que planteábamos para encontrar hasta encontrar la mejor solución a los problemas.

Después de tener la cimbra colocada y totalmente nivelada, pudimos comenzar a construir la primera parte de la bóveda y, poco a poco, la estructura comenzó a tomar forma. Como siempre que se aprende algo nuevo, nos equivocamos, aprendimos de los errores y volvimos a atrás para, al día siguiente, hacer las cosas mejor. Pero finalmente, con ganas y mucho esfuerzo, conseguimos acabar el primer tramo de la bóveda, a la luz de la luna y las linternas.

Con el último día de curso llegó uno de los días clave: el desencofrado de la cimbra, momento en que la bóveda se aguanta por sí misma (no es que tuviésemos dudas, pero una estructura de tierra de cinco metros de altura infunde respeto). El proceso fue un éxito y, una vez colocada la cimbra unos centímetros más adelante, continuamos construyendo el siguiente tramo de la bóveda.

La semana del curso acabó pero la formación y el trabajo continúan cada día. Estamos muy contentos por el trabajo realizado y muy orgullosos del equipo de trabajadores y voluntarios con el que contamos. Hemos aprendido mucho más de lo que íbamos a enseñar, y continuaremos aprendiendo y mejorando.

Estas son algunas de las imágenes que fuimos colgando en las redes sociales durante la semana del curso: